En los últimos tiempos, asistimos a una auténtica revolución culinaria en redes sociales, donde la tendencia de la comida «sana» parece haberse impuesto con fuerza. Sin embargo, esta corriente digital no siempre se refleja en el día a día de los restaurantes y bares, donde la fritura sigue siendo una de las técnicas culinarias más apreciadas y demandadas por los clientes.
Cada vez más, se intenta reducir el concepto de alimentación saludable a platos exclusivamente cocidos, hervidos o cocinados a la plancha, eliminando de la ecuación otras técnicas de cocción que han formado parte de la gastronomía durante siglos.
¿De verdad debemos olvidarnos de disfrutar de un buen calamar rebozado o una croqueta crujiente?
Antes de demonizar la fritura, es fundamental entender su verdadera naturaleza, sus beneficios y qué la diferencia de una mala fritanga. Porque, sí, hay una diferencia abismal entre una fritura bien hecha y una fritanga aceitosa y mal cocinada.

Fritura y Salud: Más Allá de los Mitos
Lo que pocos saben es que la fritura es uno de los métodos de cocción más rápidos y con menor pérdida de vitaminas.
La razón es simple: cuando un alimento entra en contacto con aceite caliente, su exterior se sella rápidamente, formando una capa que evita la pérdida de jugos y nutrientes.
A diferencia de la cocción en agua, donde muchas vitaminas solubles pueden perderse en el líquido de cocción, la fritura bien ejecutada conserva mejor ciertos nutrientes.
Si eliminamos el aceite de nuestra cocina, ¿Qué sería de tantos platos tradicionales que dependen de él para realzar su sabor y textura?
La ensalada aliñada, los marinados, los adobos, las tostadas, los salteados, los revueltos, los pescados a la plancha, las carnes asadas… Todos ellos cuentan con ese toque especial que aporta el aceite y que engrandece los platos.
Si todos estamos de acuerdo en que el aceite es un alimento indispensable en nuestra cocina y cultura, entonces ¿Por qué demonizarlo en la fritura?
La Clave Está en el Uso: Fritura Bien Hecha vs. Fritanga
El problema no está en el aceite, sino en cómo se usa.
Aquí es donde radica la diferencia entre una fritura bien hecha y una fritanga aceitosa y pesada.
- Una fritura bien hecha es crujiente, ligera y sabrosa, sin exceso de grasa.
- Una mala fritanga es aceitosa, blanda y con un sabor saturado por un mal uso del aceite.
El secreto de una buena fritura está en la calidad del aceite y su correcta manipulación
¿Cómo Lograr una Fritura Perfecta?
Para obtener una fritura crujiente y ligera, hay que seguir una serie de principios básicos que marcan la diferencia entre una buena fritura y una mala fritanga.
1. La Temperatura del Aceite: El Factor más Importante
no de los errores más comunes en la fritura es no respetar la temperatura correcta del aceite.
Temperatura ideal: 170ºC – 180ºC
- Si el aceite está frío (por debajo de 160ºC), el alimento absorberá más grasa, quedando blando y pesado.
- Si el aceite está demasiado caliente (por encima de 190ºC), la superficie del alimento se quemará antes de cocinarse por dentro.
Consejo: Utiliza una freidora con termostato o un termómetro de cocina para garantizar la temperatura óptima en todo momento.
2. La Cantidad de Aceite: Sumergir Completamente el Alimento
Para que la fritura sea uniforme, el alimento debe estar completamente cubierto de aceite.
Si el aceite no cubre el producto:
- Se cocinará de forma irregular y absorberá más grasa.
- Tardarás el doble de tiempo porque tendrás que voltearlo manualmente.
Consejo: Usa suficiente aceite para garantizar una cocción rápida y homogénea.

3. Mantener el Aceite Limpio: Clave para la Calidad de la Fritura
El aceite de fritura acumula impurezas y residuos con cada uso, lo que afecta al sabor y la calidad de los alimentos.
Cómo mantener el aceite en buen estado:
- Filtra el aceite después de cada servicio para eliminar restos de harinas o empanados.
- Usa freidoras separadas para diferentes tipos de fritura (empanados, patatas, pescados, etc.).
- No mezcles aceite nuevo con usado, ya que esto acorta la vida útil del nuevo aceite.
- Cámbialo regularmente, sin esperar a que oscurezca o desprenda olores extraños.
Consejo: Si solo dispones de una freidora, filtra el aceite cada día para prolongar su calidad.
4. No Sobrecargar la Freidora
Si añades demasiados alimentos a la vez, la temperatura del aceite bajará bruscamente, lo que hará que el producto:
- Absorba más aceite y quede aceitoso.
- Tarde más en cocinarse.
- Pierda su textura crujiente.
Consejo: Fríe en tandas pequeñas para mantener la temperatura estable y obtener un resultado perfecto.
5. Dejar Reposar en Papel Absorbente
Una vez fritos, los alimentos deben reposar sobre papel absorbente durante unos minutos. Esto permite eliminar el exceso de grasa y asegurar una textura más ligera y crujiente.
Consejo: No apiles los alimentos fritos, ya que el vapor generado podría hacer que pierdan su textura crujiente.
Checklist para una Fritura Perfecta
- Usa aceite de calidad.
- Mantén el aceite limpio y filtrado.
- Respeta la temperatura ideal (170ºC – 180ºC).
- Cubre completamente los alimentos con aceite.
- No sobrecargues la freidora.
- Cambia el aceite con regularidad.
- Deja reposar los alimentos fritos en papel absorbente.
- Presenta el plato con cuidado y profesionalismo.
Conclusión: La fritura Bien Hecha no es el Enemigo
Si aplicas estos consejos en tu cocina, podrás disfrutar de frituras crujientes, ligeras y sabrosas sin preocuparte por los excesos de grasa.
- Una fritura bien hecha no tiene nada que ver con una mala fritanga.
- Recuerda: No es el aceite el problema, sino cómo se usa.
- Una fritura perfecta es arte. Una mala fritanga, un desastre. ¡Tú decides!
