De todos es conocido el concepto “al dente” dentro de la cocina italiana. El risotto se trata de eso mismo, de un equilibrio minucioso para que en el paladar resulte delicioso.
Los italianos lo definen como “minestra asciuta” o sea “sopa seca” (por eso es un plato de entrada). El resultado debe ser “cremoso” pero no caldoso y para ser consumido con tenedor; también dicen los italianos que debe ser “legato” o sea “unido” -ligado-, con granos enteros y al dente formando lo que también los mismos italianos llaman “all´onda”, como una ola suave sin que el arroz se encuentre sumergido en líquido y a la vez que tampoco falte el mismo.