Mi primera ruta por Fuerteventura, ¡qué ilusión la de las primeras veces! Aterricé en la isla sobre las dos, me recogió “Chasi”, una majorera auténtica y me dijo: «Te voy a llevar a comer a un restaurante de mis favoritos, te va a encantar». ¡Dicho y hecho! Nos plantamos en un pispás en el “Restaurante Rugama” en Puerto del Rosario.
El restaurante se encuentra en un inmueble de gran valor patrimonial ya que se trata de una hacienda majorera del siglo XVIII, rehabilitada por el cabildo de la isla. Para preservarla la convirtió en un hotel rural.
El restaurante Rugama trata de hacer llegar a los visitantes la cultura tradicional de la gastronomía majorera, carnes a la brasa, cabrito, pulpo frito y una gran variedad de quesos de la zona.
Como es tradicional en estas latitudes, nos pusieron unos panecillos elaborados con un poquito de matalahúva, ¡ni que decir que me encanta!, y más si te los traen tostaditos de la brasa con un poquito de alioli.
Con esta premisa nos pedimos para comenzar una cazuela de queso majorero asado con mermelada de tomate y orégano, qué delicia, los quesos de esta zona tienen fama y con razón.
«El pulpo frito no te lo puedes perder», pues venga, ¡vamos a pedirlo!
Qué contraste tan maravilloso, por fuera durito y crujiente, y por dentro meloso y jugoso, y todo ello sobre una cama de papas aliñadas con pimentón y quise adivinar un puntito de mantequilla, toda una delicia.
Para el plato fuerte, mi compañera se pidió un pollito a la brasa que olía también como sabía.
Yo por mi parte me pedí unas “vueltas “de solomillo con un poquito de arroz y papas, carne tierna, sabrosa y deliciosa.
Ya si eso los postres los dejamos para la próxima visita, esta con un cafetito ya nos llegó.
En el restaurante, además, se sirven los desayunos del AGRO-HOTEL, también dispone de un espacio exterior para la organización de eventos.
Ángel Sánchez es el artífice que ha realizado en enero de este año la reapertura de este establecimiento. Sí señor, un canarión que lleva 27 años adoptado por los majoreros, gran hostelero y mejor persona.
Y fue él quien me enseñó, no solo su restaurante sino también, el entorno del hotel rural. La rehabilitada “Casa de los Rugama”.
Un entorno ideal para descansar, tranquilo, con encanto, confortable, un hotel diferente.
Con una piscina al aire libre abierta todo el año.
Y un entorno en el que se cultivan piñas o aloe , todo un agro hotel.
Si tienes la ocasión, acércate a disfrutar y a descansar.
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