Una mañana soleada y de patearnos el puerto de Santa Cruz en Tenerife, llega la hora de comer y le pregunto a mi compañero ¿Dónde?
Mi compañero no duda, a comer a San Andrés, así que hacia allí nos dirigimos.
Aparcamos a la sombrita en la avenida de Pedro Schwartz
Y nos dirigimos al Restaurante «El Surtidor»
Un restaurante que apenas cuenta con cuatro meses de historia, claro que para historia la de la familia que lo regenta.
De la cocina se encarga Antonio, padre, una institución en la hostelería del barrio por sus muchos años al cargo del restaurante “El Túnel”
De la sala y el resto del negocio se encargan Antonio y Guacimara que con simpatía y profesionalidad se ocupan de que todo funcione como un reloj.
La sugerencia del día era ropa vieja de pulpo, pues la pedimos, un guiso de la cocina tradicional canaria, suave, tierno y ligeramente especiado, buenísimo.
La ensalada no le iba a la zaga, una mezcla ideal de aguacate con frutos secos caramelizados y rulo de cabra gratinado, sencillamente divina.
Continuamos con unos chipirones en salsa verde con batatas y boniato
Y rematamos la faena con un secreto a la plancha
Y un solomillo al ajillo con champiñones de los que tienes que rebañar el plato
Claro que nos quedamos sin probar el atún con mojo, el cherne, las lapas, y tantos platos suculentos que veíamos pasar para otras mesas… lo único con lo que pudimos fue con un te verde.
Limpieza, atención, dedicación y buena gastronomía a precios más que asequibles, no te arrepentirás si paras a repostar en “El Surtidor”